Compostar es transformar los residuos orgánicos de la cocina y del jardín o el huerto en abono. El compostaje doméstico consiste en llevar a cabo este proceso en nuestra propia casa, en nuestro propio jardín. Así, obtendremos compost para nuestra tierra y nuestras plantas crecerán más sanas.
Se utilizan dos métodos principales para el compostaje doméstico. Cada uno de ellos tiene sus propias características y potencialidades, y por tanto, se deben estudiar las posibilidades del municipio y la población para poder realizar la campaña más idónea y optimizar los resultados.
Los dos métodos principales son los siguientes:
Termocompostaje
1. Colocar la caja compostadora directamente sobre la tierra.
Los jugos que se derivan de la descomposición de la materia orgánica se drenan y son aprovechados por la vegetación de los alrededores.
Nunca instalaremos la caja compostadora sobre pavimento o enladrillado.
2. Mezclar volúmenes iguales de materia húmeda y seca.
Los restos de cocina, la hierba fresca y las partes tiernas de las plantas son materia húmeda y muy rica en nitrógeno. Las hojas, la hierba seca, los restos de poda, la paja, las virutas y el serrín son la parte seca, con un alto contenido en carbono.
3. Remover la pila.
Cuando removemos la pila, solo tenemos que remover la capa superior. Se airea la caja y se evita que los restos orgánicos se compacten. No hay que remover toda la pila.
4. Controlar la humedad.
La pila no debe secarse. La regaremos con difusor para asegurarnos de que el agua impregna toda la pila.
Vermicompostaje
En este caso, el compost se realiza a través de lombrices. La vermicompostadora es una caja que tiene un espacio especial para las lombrices, por lo que se puede colocar en cualquier tipo de superficie. Es un método un poco más complejo y caro, pero, al contrario que el termocompostaje, cualquier familia puede practicarlo. En efecto, se puede hacer en el balcón, y no necesariamente en el jardín o la huerta.
Tal y como se ha mencionado, el vermicompostaje se realiza a través de las lombrices y, por lo tanto, no se deben echar a la pila de compost aquellos residuos que puedan perjudicar su salud. No todos los residuos orgánicos son aptos para el vermicompostaje. Se deben evitar los limones, las cáscaras de plátano, la carne, los huesos, etc.
El autocompostaje en la comunidad, otra alternativa
Hoy en día, el compostaje comunitario es una alternativa real en los alrededores del centro urbano. En estos casos se practica el termocompostaje: aquellas familias que no tienen la oportunidad de tener su propia caja compostadora se unen y practican el compostaje comunitario.
Se coloca la caja compostadora en el lugar acordado entre todas las familias participantes; siendo ésta del tamaño oportuno para gestionar los restos orgánicos de todas las familias participantes. Se les ofrece formación a todas aquéllas y se nombra una persona responsable para realizar el seguimiento y estar en contacto directo con la persona técnica responsable.